la vuelta a casa


Cuando llegamos, a la madrugada, nos miramos por un instante y pude sentir que en ese instante único, estábamos pensando lo mismo, sólo que ese pensamiento estaba tan alejado de nuestras conciencias que no pudimos plasmarlo en palabras. Entonces nos miramos, con esa rara expresión que se tiene cuando lo único que se comparte es el saber que se está pensando lo mismo.
Creo que con el tiempo intenté descifrarlo: en verdad el haber llegado de vacaciones a casi la misma hora de la partida, poco más de una hora más tarde pero siete días después, daba la sansación de habernos escapado durante la noche a uno de esos universos en donde el tiempo es más veloz que el nuestro, y en donde esos siete días cabrían perfectamente en esa hora, hora y media, de nuestro tiempo humano.
Por otro lado, haber llegado a la madrugada nos daba una suerte de chance, de bonus-track, porque la cotidianeidad dormía y en definitiva, el irnos a dormir con ella y amanecer con ella, iba a ser menos hiriente, menos doloroso que si hubieran existido los contratiempos.
El tiempo desgasta las sensaciones y con estas palabras no pude naturalmente llegar a ese pensamiento original. Sólo llegan a mí reminiscencias, cuando pienso en esas caras sonrientes, agitadas y vidriosas, la misma con que los niños miran a sus padres cuando se bajan de la calesita con ganas de otra vuelta.

2 comentarios:

  1. Ayer 27/2 cumplí un mes aqui, y fui de nuevo al aeropuerto para despedir al amigo del amigo de Corinna y senti algo también muy raro y parecido a lo que escribiste y sentiste, y también fue casi a la misma hora que había llegado.

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  2. Hola doctor!! Me gustó el texto... mucho más claro, más directo, más coloquial. :)
    Me gustó mucho esa comparación..al volver de las vacas de verdad que sí, uno siente que se baja de la calesita, y que quiere otra vuelta más... y mientras refunfuño para adentro, voy regresando a casa, me reencuentro con mis cosas, mi realidad...
    Pero cierro los ojos y siento que esa calesita sigue girando, como el mar, que en este momento llega en olas a la orilla, pero yo ya no estoy allí, para contemplarlas. Cierro los ojos y recuerdo...porque recordar es como volver todo el tiempo...

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